Trazar estrategias de sostenibilidad en el comercio minorista
Las empresas deben reconocer la importancia de una estrategia empresarial sostenible y justa. No sólo para cumplir la normativa legal, sino sobre todo para satisfacer las demandas de los consumidores y sus propias convicciones, porque en última instancia todo el mundo tiene claro que sólo tenemos este planeta. Según diversos estudios, la sostenibilidad también puede tener un impacto directo en los resultados empresariales. Con estrategias para el medio ambiente, las cuestiones sociales y el gobierno corporativo (palabra clave ESG para Environment, Social, Governance), el sector minorista también quiere aplicar enfoques que generen confianza y transparencia con informes sostenibles.
Por ejemplo, la industria se compromete a producir la menor cantidad posible de residuos y se esfuerza por educar y formar a sus empleados para que adquieran habilidades que les permitan triunfar en un mundo digital sostenible. La cuestión de unas condiciones de producción justas y la compatibilidad medioambiental en la producción de sus proveedores, así como la minimización de las emisiones de gases de efecto invernadero de sus productos y procesos a lo largo de la cadena de valor siguen siendo, por supuesto, fundamentales. Al fin y al cabo, el sector depende más que ningún otro del favor de sus clientes y ha reconocido que es necesario actuar.
El hecho de que cada vez más proveedores entren en la brecha con sus productos ecológicos al margen de las grandes cadenas de distribución demuestra que el espíritu de los tiempos así lo exige. Sin embargo, esta obligación no sólo existe frente al consumidor, los proveedores o los propios empleados. Entretanto, en varios países también están surgiendo nuevas normativas y leyes relacionadas con el tema de la sostenibilidad.
Hay que reconocer que se trata, en su mayor parte, de obligaciones de esfuerzo. Las empresas sujetas a la normativa no tienen que demostrar ningún éxito en particular. Lo único que se les exige es que tomen las medidas adecuadas para evitar que se infrinja la normativa, y esto debe ser verificable en caso de duda. Sólo por esta razón, se necesitan sistemas informáticos que permitan rastrear las precauciones tomadas.
Por todas estas razones, las estrategias de sostenibilidad y actualmente, por ejemplo, el cumplimiento de la Ley alemana de Obligaciones de Abastecimiento en la Cadena de Suministro o la contrapropuesta parlamentaria a la Iniciativa Suiza de Responsabilidad Corporativa ocupan un lugar prioritario en la agenda de los consejos de administración, y en este contexto, los departamentos de TI también están cada vez más en el punto de mira. Sobre todo, para adaptar las estrategias de sostenibilidad, algunas de las cuales se han desarrollado con consultorías externas, así como las expectativas de clientes y legisladores, a sus actividades empresariales en materia de tecnología de la información. Sin embargo, esto no es del todo trivial: requiere cierto esfuerzo mapear, medir y controlar con éxito las actividades en torno a las estrategias de sostenibilidad. Por eso, muchas empresas minoristas tienen que recurrir a engorrosas soluciones de terceros para recopilar y evaluar información sobre la cadena de suministro, auditorías o datos sobre consumo energético, por ejemplo.
Ya existen en el mercado multitud de soluciones informáticas al respecto. En casos extremos, la industria recurre incluso a Microsoft Excel, una herramienta con la que en realidad se querría acabar en el curso de la digitalización continua de los procesos empresariales.
Para evitar la discontinuidad de los medios, la proliferación de herramientas y la economía sumergida, SAP ofrece soluciones empresariales integradas. Todavía hay mucho movimiento en este entorno y los requisitos tanto del mercado como del legislador también evolucionan continuamente. No obstante, las funcionalidades para toda la empresa pueden ayudar a cubrir mejor los requisitos específicos del comercio e impulsar la sostenibilidad a gran escala. De este modo, los procesos, las experiencias y los conocimientos financieros pueden integrarse en los procesos empresariales básicos de la mejor manera posible.