AI: Por qué los alemanes son escépticos
La inteligencia artificial (IA) sigue siendo una de las palabras de moda cuando se habla de tecnología y digitalización. Por un lado, la IA promete grandes avances en muchos ámbitos de la vida; por otro, alberga riesgos difíciles de evaluar.
Esto queda claro, por ejemplo, en los coches autoconducidos, que por un lado pueden hacer mucho más seguro el tráfico rodado, pero por otro siguen pareciendo impredecibles en la actualidad y tendrían que tomar decisiones éticas en caso de duda, cuando aún no está claro quién asumirá la responsabilidad en caso de accidente.
En este contexto, investigadores y empresarios de todo el mundo alertan sobre inventos que podrían tener una influencia incontrolable, incluso destructiva, sobre la humanidad. Además de las armas nucleares, el cambio climático y la biotecnología, la inteligencia artificial también se considera aquí un riesgo potencialmente amenazador para la existencia.
Los alemanes también se muestran bastante escépticos sobre el uso de la IA en general, como muestra una reciente encuesta de YouGov. Casi uno de cada dos (45%) percibe una relación riesgo-beneficio equilibrada, pero una cuarta parte (26%) valora el riesgo como mayor, mientras que solo el 15% ve el beneficio como mayor.
La proporción de escépticos aumenta con la edad. Mientras que los millennials (de 18 a 36 años) tienden a tener una percepción equilibrada de beneficio (18%) y riesgo (22%), los baby boomers son mucho más temerosos (13% ven beneficio, 29% riesgo).
Existe rechazo sobre todo en los ámbitos de aplicación en los que la justicia y la ética desempeñan un papel. Existen claras diferencias de actitud ante las distintas tareas que podrían asumir las máquinas dotadas de inteligencia artificial.
Existe un gran rechazo a la IA en ámbitos en los que se evalúa a los humanos. Tres cuartas partes (77%) prefieren sentarse frente a un humano en una entrevista de trabajo y también rechazan la selección de un candidato a un puesto de trabajo por máquinas (73%).
En este caso, no se confía en que la tecnología inteligente se comporte con justicia, aunque el juicio humano deja mucho margen a criterios irrelevantes y sesgos como la simpatía, la apariencia o la "vitamina B".
Otro ámbito en el que la IA asusta a los alemanes es el de los conflictos armados. La mayoría (71%) no pondría en manos de la inteligencia artificial el control de los sistemas de armas en la guerra.
La gente debe seguir decidiendo sobre la vida de las personas. En comparación, los alemanes tienen menos problemas con los coches autónomos (52 por ciento). Los encuestados son los que menos problemas tienen con la idea de que informes más sencillos como los de un partido de fútbol (45 por ciento a favor) o los precios de las acciones sean elaborados por inteligencia artificial (49 por ciento a favor).
Las empresas deben comunicar mejor sus ventajas
Nuestros resultados muestran que las empresas que planean utilizar la inteligencia artificial deben comunicar claramente sus ventajas a la gente. Sólo así se reducirán los prejuicios y se generará una amplia demanda de los productos.
Especialmente en los ámbitos en los que la justicia desempeña un papel, los alemanes se muestran claramente escépticos. La transparencia puede mitigar este escepticismo hasta cierto punto. Mediante reportajes multimedia en torno al tema, la tecnología y sus posibles ventajas serán mejor conocidas por los consumidores y los índices de aprobación aumentarán en consecuencia.
Poco a poco, las tecnologías inteligentes penetrarán cada vez más en la vida cotidiana de la gente y el escepticismo se reducirá cada vez más, sobre todo cuando los beneficios personales pasen a primer plano.