Digital (D)jerk
Para entender cómo aprovechar la crisis actual como una oportunidad, nos ayuda el ejemplo del escándalo Enron en Estados Unidos. A principios del milenio, el fraude contable causó furor y provocó la revisión de la legislación sobre información empresarial en EE.UU. con nuevas directrices.
La Ley Sarbanes-Oxley (SOX), en vigor desde entonces, es muy estricta y la base para que los responsables de los resultados financieros tengan muy pronto un pie en la cárcel si los números no cuadran.
Este hecho por sí solo ha llevado a las empresas de EE.UU. a aprovechar las opciones de contabilidad digital existentes para cubrir sus apuestas tras el cambio de milenio.
Ciertamente, el escándalo Enron no puede compararse de tú a tú con la pandemia Corona, porque Covid-19 no es una ocasión de fraude contable con los consiguientes procesos judiciales y penas draconianas. Pero ambas situaciones tienen algo en común: sacan a la luz los puntos débiles de las estructuras organizativas.
Mientras que entonces se trataba de la "contabilidad extremadamente creativa" de los directivos de Enron, la situación de Corona saca a la luz graves deficiencias en el manejo de los procesos contables manuales. La repentina generalización del home office, el trabajo a jornada reducida y la necesidad simultánea de disponer de cifras válidas en una situación en la que las empresas tienen que actuar con rapidez y flexibilidad para sobrevivir a la crisis lo más indemnes posible son diametralmente opuestos.
La coordinación es complicada, la disponibilidad de los implicados en el proceso es más difícil, el esfuerzo es mayor y el riesgo de error es mayor. Ergo: quien quiera garantizar la validez de los estados financieros incluso en tiempos de crisis debe, por tanto, intentar digitalizar y automatizar el proceso de elaboración de los estados financieros cuanto antes.
La mayoría de las empresas perciben la situación actual como una presión. Pero también se puede ver de forma positiva y aprovechar la crisis como una oportunidad para un cambio significativo, algo similar a lo que Estados Unidos se vio obligado a hacer tras el escándalo de Enron.
Si cambia de perspectiva, se dará cuenta rápidamente de que la digitalización ofrece más oportunidades que riesgos. ¿Por qué? Porque la automatización y las posibilidades de la nube resuelven muchos problemas por sí solos. Por ejemplo, los contables tienen la oportunidad de hacer su parte del proceso de cierre desde su oficina en casa.
Además, los procesos de conciliación individuales y propensos a errores son innecesarios porque los datos se transmiten dentro del sistema contable. Lo mejor de todo: se tiene acceso a cifras válidas en cualquier momento: contabilidad en tiempo real.
Y especialmente importante ahora: En tiempos de crisis, las cifras válidas y la información sobre el flujo de caja son lo más importante para la gestión empresarial. Sólo si los responsables tienen acceso a cifras clave actualizadas en todo momento podrán tomar las decisiones correctas y maniobrar la empresa a través de la tormenta.
La crisis como oportunidad
La pandemia actúa como un vaso ardiendo: amplifica los efectos, tanto positivos como negativos. Ahora es más fácil ver qué cambios son especialmente urgentes y cuáles son necesarios pero no imprescindibles para sobrevivir. Las empresas que quieran seguir desempeñando un papel de liderazgo en su entorno de mercado en el futuro deben aprovechar la oportunidad y hacer un esfuerzo por aplicar la modernización y la reestructuración pendientes.
Aunque un cambio adicional en tiempos difíciles parezca un obstáculo difícil de superar para muchos responsables, una cosa es cierta: quienes no tomen medidas ahora pueden quedarse atrás antes de lo que desearían. La necesidad de priorizar y, sobre todo, de digitalizar es incuestionable.