Buenos tiempos, malos tiempos
Con la base de datos Hana, SAP ha abandonado el camino de la virtud. El profesor Hasso Plattner estaba justamente insatisfecho con su SAP. Se retiró a su instituto universitario de Potsdam y debatió el futuro de la ERP con sus alumnos. El discurso fue todo un éxito: la próxima etapa de la evolución sólo podía ser una empresa en tiempo real, es decir, un sistema ERP que apoye a sus usuarios en tiempo real.
Lo que SAP ha hecho de ella en los últimos diez años es decepcionante y vergonzoso. El mal humor de Plattner, el padre de los dioses, está justificado. En lugar de adoptar un enfoque autocrítico, los ejecutivos y socios de SAP sólo cantaron alabanzas en vista de Hana y, más tarde, S/4 -incluso la computación en nube fue acogida sin críticas. SAP y los socios se adoran, donde el cuestionamiento y el pensamiento críticos serían realmente necesarios. Sin embargo, la otrora brillante idea del profesor Hasso Plattner fue traicionada y diluida: la empresa en tiempo real se convirtió en una empresa inteligente, de la que nadie podía decir lo que realmente debía representar. La ira del padre de los dioses está justificada.
Los buenos y los malos tiempos se alternan en la vida real. SAP se encuentra en modo de crisis permanente. El consejero delegado de SAP, Christian Klein, no consigue sacar a la corporación mundial de ERP de los malos tiempos. La cotización de las acciones está bajo tierra. La aceptación entre los clientes existentes es escasa. Los socios están desilusionados y poco dispuestos. Los clientes existentes, en cambio, están motivados y son innovadores. El resultado: malos tiempos en la comunidad SAP, buenos tiempos con competidores como Microsoft, Salesforce, Oracle, Workday, ServiceNow, AWS y Google.
El director general de SAP, Christian Klein, sigue contando con la simpatía de sus clientes actuales, mientras que, por un lado, el padrino Plattner sigue teniendo razón y, por otro, los mejores ejecutivos abandonan el grupo ERP. ¿Christian Klein solo en casa? Faltan aportaciones y destellos de inspiración. Hana, S/4 y la computación en nube son demasiado poco para inspirar a los clientes existentes, a los inversores y a los analistas financieros.