Cuatro de cada diez empresas confían en el home office
Cuatro de cada diez empresarios (39%) dan a sus empleados libertad para trabajar fuera de la oficina tradicional. Este es el resultado de una encuesta encargada por la asociación digital Bitkom.
Se encuestó a 855 directores generales y responsables de RRHH de empresas con tres o más empleados sobre el tema del trabajo desde casa. Las preguntas van desde información general ("¿Cuántos empleados de su empresa trabajan actualmente desde casa, total o parcialmente, en porcentaje?") hasta información más detallada ("¿Cuál de las siguientes afirmaciones se aplica a la forma en que su empresa aborda el tema del trabajo desde casa?").
En 2016, casi una de cada tres empresas (30%) permitió a sus empleados trabajar desde casa, frente a solo una de cada cinco (20%) en 2014. Se espera que esta tendencia continúe. El 46% de las empresas asume que la proporción de sus empleados que trabajan desde casa aumentará en los próximos cinco años. El 50% espera que la proporción se mantenga constante.
"Las tecnologías digitales permiten trabajar con independencia de tiempo y lugar. Trabajar desde casa forma parte de la vida cotidiana de cada vez más empleados"
afirma Bernhard Rohleder, Director General de Bitkom.
Por eso es tan importante establecer límites claros: Para muchos empresarios, el trabajo desde casa está precisamente regulado. Tres de cada cuatro empresas (74%) cuyos empleados trabajan desde casa han establecido determinados días en los que no está permitido trabajar desde casa, de modo que todos los empleados estén disponibles para citas conjuntas, como reuniones.
Seis de cada diez (61%) hacen de la oficina la norma y del trabajo desde casa la excepción, por ejemplo un solo día a la semana.
En algo menos de una de cada dos empresas (46%), el trabajo desde casa debe ser aprobado por el superior jerárquico caso por caso.
Razones para no trabajar desde casa
"El trabajo flexible desde casa requiere normas claras. Requiere confianza por parte de la empresa y autoorganización y autodisciplina por parte de los empleados"
afirma Bernhard Rohleder. Sin embargo, las normas más estrictas no siempre bastan para calmar las preocupaciones de los empresarios.
Por eso muchas empresas deciden no trabajar desde casa. Pero también influyen otros factores. Dos tercios de las empresas cuyos empleados no trabajan desde casa afirman que el trabajo desde casa no es posible para todos los empleados y que nadie debe recibir un trato desigual.
Más de la mitad (58%) cree que la productividad disminuye si no hay comunicación directa con los compañeros. Y casi la misma proporción (55%) afirma que, en general, el trabajo desde casa no está planificado. Para algo más de una de cada tres empresas, el argumento en contra del trabajo flexible desde casa es que los empleados no están disponibles en todo momento (33%).
Algo menos de tres de cada diez afirman que los horarios de trabajo no pueden controlarse (29%). Para una de cada cuatro empresas (27%), la normativa legal sobre salud y seguridad en el trabajo habla en contra del trabajo desde casa.
Otras razones son la preocupación por la seguridad de los datos (22%), un equipo técnico demasiado caro (16%) y el temor a que disminuya la identificación de los empleados con la empresa (9%).
La anticuada legislación laboral es un obstáculo para trabajar desde casa
Aunque cada vez más empresas trabajan desde casa o al menos se familiarizan con ello, no todo el mundo está preparado todavía, ni siquiera la situación legal. La anticuada legislación laboral, en particular, es uno de los mayores obstáculos para la aceptación del trabajo desde casa.
Por eso Bitkom y otras empresas están haciendo campaña para modernizar los requisitos legales y adaptarlos a la era digital.
"Obstáculos legales como la rígida jornada laboral de ocho horas y el periodo mínimo de descanso de once horas se interponen en el camino de la autodeterminación de los horarios laborales".
Rohleder también pone un ejemplo para ilustrarlo:
"Cualquiera que revise sus correos electrónicos de trabajo a altas horas de la noche y vuelva al trabajo a la mañana siguiente está infringiendo la ley".
En la era digital, la flexibilidad horaria debería ser algo normal. Por eso Bernhard Rohleder lo reclama:
"La legislación laboral ya no está al día en estos aspectos y perjudica a los trabajadores a gran escala. Ya es hora de cambiar estas normas obsoletas".