Digitalice. ¡Ahora!
La digitalización está muy bien. Pero ni siquiera sabemos cómo y por dónde empezar: eso es lo que oigo una y otra vez de mis contactos empresariales. Mi respuesta:
"Por fin, invierta tiempo y dinero en el comercio electrónico, ¡y hágalo bien! Conviértalo en el corazón de su negocio. Todo lo demás le seguirá automáticamente".
Hay que reconocer que mi afirmación es algo exagerada. Pero el mensaje que encierra es cierto. Te diré por qué: el comercio electrónico hace tiempo que forma parte de nuestra vida cotidiana, comprar en Amazon, Zalando y compañía es completamente normal.
Lo que muchos olvidan: El comercio en línea funciona hoy de forma diferente a como lo hacía hace unos años. Y ofrece un enorme potencial tanto para B2C como para B2B. Con el paso de los años, las simples tiendas online y los procesos semidigitales se han convertido en mercados y plataformas centrales de comunicación para los que la digitalización y la automatización desempeñan un papel importantísimo.
Los clientes de hoy pueden consultar fácilmente su historial de pedidos, cancelarlos con unos pocos clics, volver a pedir productos en su smartphone y seguir el estado de la entrega en tiempo real.
Para las empresas que viven intensamente del comercio electrónico, los procesos obsoletos y lentos son inevitablemente eliminados y sustituidos por otros digitales. Se produce una transformación digital que sólo es posible cuando los diferentes sistemas están conectados en red a través de un pivote central: la plataforma de comercio electrónico. Sólo así pueden intercambiarse datos en todas las direcciones.
Ejemplo:
Antes de comprar en línea, los clientes quieren información detallada sobre los productos. Esto suele venir de SAP y un PIM conectado a una plataforma de comercio electrónico. Además, hay un CRM para que el equipo de marketing y asistencia pueda atender óptimamente a sus clientes.
El proceso de pago se gestiona a través de un PSP y los datos se transfieren al ERP. Un circuito cerrado. El enfoque holístico es importante en el comercio electrónico y especialmente en la digitalización.
Para permitir el intercambio de datos son necesarios sistemas ágiles y conectados en red, interfaces uniformes y estructuras de datos homogéneas. Todo esto es posible con un moderno sistema de comercio electrónico. Además de un potente sistema de comercio electrónico, para que la digitalización tenga éxito deben observarse los tres principios siguientes:
1. tener visiones: Las empresas no deben cometer el error de intentar reproducir digitalmente conceptos anticuados y analógicos. Es mejor crear visiones completamente nuevas que exploten las posibilidades digitales.
En el mejor de los casos, los conceptos se materializan de una forma tan innovadora que provocan una disrupción, es decir, la convulsión de todo un sector. Si los responsables se toman en serio la digitalización, pueden desarrollar nuevos modelos de negocio para el proceso de transformación y están abiertos a nuevas ideas. Por ejemplo, chatbots en asistencia, comercio por voz a través de asistentes de voz y aplicaciones de realidad virtual.
Digitalice su cultura corporativa: Marketing, ventas, logística, atención al cliente, contabilidad o desarrollo: el comercio electrónico y la digitalización asociada garantizan que las áreas estén más estrechamente interconectadas. Muchas actividades están cambiando, algunas se están quedando obsoletas, están surgiendo nuevas áreas de responsabilidad. Es necesario un cambio corporativo.
3. centrarse en el cliente: Cuando se persiguen conceptos innovadores, hay algo que sigue siendo intrínsecamente importante: el cliente, independientemente de que sea un cliente final o un cliente empresarial. Él es siempre el centro de atención. Esta sabiduría procede del comercio clásico, se trasladó al comercio electrónico y sigue siendo válida en tiempos de digitalización.
Si se toma la digitalización a la ligera, pone en peligro su negocio. Así que: afronte la digitalización. A todo gas. Empiece por el comercio electrónico.