¿Son la digitalización y la inteligencia artificial nuestra salvación?
Por eso no es de extrañar que muchas personas tengan problemas con la digitalización y teman más el uso de la inteligencia artificial de lo que esperan que aporte mejoras. Un estudio realizado recientemente por el instituto de investigación de mercados Censuswide por encargo de BlackLine confirma que esta área de tensión también se debate en los departamentos financieros de las empresas. Un aspecto fundamental es el temor de muchos a que la IA sea la continuación lógica de los cambios ya desencadenados por la digitalización y lleve a realizar cada vez más tareas de forma automática. Las preocupaciones concretas son múltiples.
Automatización y experiencia
- Automatización de tareas: La IA y las tecnologías de automatización pueden realizar tareas rutinarias de forma más rápida y eficiente que los humanos. El miedo: Esto puede provocar una reducción de la necesidad de personal en determinadas áreas de la empresa.
- Desempleo tecnológico: El uso de la IA puede suponer que las empresas necesiten menos trabajadores para realizar la misma cantidad de trabajo.
- Requisitos de habilidades: La IA puede hacer que ciertas competencias pierdan importancia, mientras que otras la adquieren. Esto puede dar lugar a discrepancias entre las competencias de los empleados y los requisitos de los empresarios.
- Desigualdad económica: la IA tiene el potencial de desplazar a los trabajadores menos cualificados y favorecer la necesidad de especialistas altamente cualificados. El peligro: la brecha entre los que ganan más y los que ganan menos es cada vez mayor.
- Incertidumbre sobre el futuro del trabajo: Como las tecnologías de IA son aún relativamente nuevas y hay poca experiencia, existe incertidumbre sobre cómo afectará esta futura tecnología al mercado laboral a largo plazo.
Discurso polémico
Sin embargo, estos temores no son nada nuevo. Las innovaciones siempre han dado lugar a debates controvertidos, a menudo con el resultado de que cuanto más se exagera un tema, mayor es la reacción. Así lo demuestran también los resultados del estudio de BlackLine. Parece que un tercio de los encuestados preferiría categorizar la IA como una fuerza oscura disruptiva que lo hace todo de forma independiente y convierte en superfluas muchas funciones en F y A. El 36% de los directivos de nivel C y profesionales de las finanzas encuestados a escala internacional temen que la introducción de la IA pueda provocar la pérdida de puestos de trabajo; en Alemania, la cifra es sólo ligeramente más optimista, un 32%. Los expertos financieros del Reino Unido son los que más confían en el uso de la IA en finanzas y contabilidad: sólo el 28% tiene dudas al respecto.
Expectativa e índice de error
Al mismo tiempo, sin embargo, también hay muchas expectativas asociadas a la IA, por ejemplo en términos de reducción de la tasa de error en tareas repetitivas o de la calidad de las cifras de las empresas. La mayoría de los expertos financieros encuestados afirma que la computación en nube (80%), la IA generativa (78%) y los nuevos tipos de IA (76%) son esenciales para mejorar la resistencia de las empresas ante futuras perturbaciones. Aunque los alemanes son algo menos entusiastas al respecto, también creen que la computación en nube (60%), la IA generativa (57%) y los nuevos tipos de IA (55%) son importantes para aumentar la resistencia económica.
Aunque estas tecnologías aún están en pañales, está claro que la exploración intensiva de la IA hace tiempo que ha comenzado y ya se utiliza en algunos ámbitos en Francia y Austria, por ejemplo en la contabilidad interempresarial de BlackLine asistida por IA. Incluso hoy en día, las empresas abiertas e innovadoras ya se están beneficiando de poder evitar errores en las transacciones, minimizar el tiempo y los recursos necesarios y mejorar la validez de sus cifras financieras. Todo ello contribuye a mejorar la rentabilidad, la sostenibilidad y la resistencia de las empresas. Desde esta perspectiva, no se trata de si la tecnología moderna está destruyendo puestos de trabajo, sino sólo de cómo los está cambiando y conduciendo a las empresas hacia el futuro.
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